A mano, con papel, tijeras y pegamento: no hay más ingredientes
en la obra de Lola Dupré. Los
trocitos minúsculos se arremolinan en sus figuras creando la sensación de estar
viéndolas a través de un cristal roto o un espejo deformado.
Invierte de 20 a 30
horas en cada imagen y con
el fin de conseguir
la distorsión hace varias impresiones de la misma imagen,
a diferentes tamaños, para combinarlas. La destreza que ha adquirido con el uso
del pegamento la protege de los borrones y lamparones de un escape inesperado.
Su estudio acaba de cambiar de ubicación, pero no de espíritu.
Ahora en Aviñón (Francia) y antes en Glasgow (Escocia) el suelo está cubierto
por una perpetua capa de papeles, como si hubiera sido víctima de un violento
vendaval. Ni las telas de araña quedan exentas de la invasión y exponen como si fueran moscas los
recortes más pequeños.
Winston Churchill
James Mckeen Cattel
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