La decadencia del arte
En el Romanticismo, el ser humano si bien no era considerado como el centro del universo, se dio gran importancia a su lugar dentro de la naturaleza y como parte de ella; asimismo, la pasión desmedida y el arrebato en los sentimientos, bien o mal, ayudaron a construir la idea de la individualidad como concepto clave para el desarrollo del hombre y la sociedad occidental. A partir de entonces, con la importancia tan grande del individuo como tal, cada hombre tenía el derecho de proclamar lo suyo como universal; esto por supuesto, llegó a los terrenos del arte, en donde la creación artística era respetada por la individualidad creadora capaz de imponerse frente a cualquier canon.
El espíritu romántico, aunque intempestivo, no contemplaba aún la idea de la decadencia; esta vendría después, ya bien entrado el siglo XIX con los muy conocidos poetas malditos y todas las manifestaciones artísticas del momento. Charles Baudelaire revoluciona la manera de entender el concepto de belleza cuando decide hacer poemas a la podredumbre del París de entonces y busca lo bello en las entrañas de un perro aplastado en la calle, cuyas entrañas asemejan el botón de una flor abriéndose con cadencia.
El mote "decadentismo" les quedó perfecto a estos escritores malditos cuyas tendencias artísticas eran en gran medida hacia la crítica del mundo artificial y horrible ene l que estaban viviendo. Este mismo espíritu se habría de extender a épocas posteriores y a diferentes ámbitos artísticos.
Todo el siglo XX es una muestra de lo anterior. Los movimientos de vanguardia en Europa (no aún en Latinoamperica pues las cosas se dieron de forma distinta) buscaban un cambio en el arte, mismo que para entonces ya se había establecido que era bastante decadente, vacío, inexpresable.
La raíz de todo esto está en el uso malintencionado del individualismo romántico y de hacer que todo lo que hace la gente sea válido artística mente. Es interesante, a estas alturas ponerse a pensar ¿quién dice qué es arte y qué no lo es? antes del Romanticismo, existía una Academia que decidí so, había un grupo de gnte que, si bien no tenían criterios fijos o basados en algunas leyes inamovibles, sí contribuían a crear un orden y decidían qué era arte y qué no. Actualmente el problema es que cualquier cosa que se haga y culaquier persona tiene el derecho de llamar "arte" a lo que hace y de autodenominarse "artista"
Con esto no digo que deba existir un nuevo círculo oligárquico que decida por el resto de la gente sobre lo que debemos llamar arte, sin embargo creo que establecer algunos cánones sería lo ideal. Y sé también que la discu´sión al respecto se torna en algo eterno pues de entrada, ¿quién puede decir con certeza lo que es el arte en sí?
Marcel Duchamp, a principios del siglo XX, propone que un migitorio es un artefacto digno de ser expuesto en un museo. Duchamp trae gran influencia de la escuela dadaísta misma que, honestamente, es una burla (no porque yo lo diga, sino que ellos mismos tampoco se tomaban muy en serio). Muchos de los movimientos de vanguardia que pernean la primera mitad del siglo XX son si no una burla (que aún sería respetable), una tremenda tontería, (por mencionar algunos: futurismo, dadaísmo, estridentismo, creacionismo) que no proponían nada nuevo y que en sus mismos manifiestos, que resultan ser lo único que vale la pena de ellos, abogan por la finitud y la falta de seriedad.
La decadencia artística continúa y va en declive en todos los aspectos que se le quiera ver. No sólo por el hecho de quién decide qué es arte o no, sino que el sentido originario del arte se perdió hace mucho tiempo. Estoy cociente de que las épocas cambian y que el artista tiene el compromiso de cambiar también. Sin embargo sé que algo está muy mal cuando en los museos se exhiben cosas que no se entienden, y, mucho peor, cuando gente como Paulina Rubio de llama a si misma "artista"
Moisés Puertas
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