Ojo al Gráfica

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Eduardo Chillida, un gran escultor.

Eduardo Chillida nace el 10 de enero de 1924 en San Sebastián. Con 19 años se inició en Arquitectura, lo cual dejará de lado para dedicarse a la escultura y al dibujo en Bellas Artes (ambas en Madrid).

Empieza su carrera por el año 1948, cuando se muda a París. Conoce a Pablo Palazuelo, una buena amistad.

En 1950 regresa a su ciudad natal y decide casarse con Pilar Belzunce. Vuelve a Francia, esta vez se muda a un pequeño pueblo. Cuando nace su primer hijo regresa para siempre a San Sebastián y comienza a trabajar en Hernani en una fragua. Comienza a trabajar con el hierro y por sugerencia de Pablo Palazuelo, expone individualmente en la Galería 'Clan de Madrid'. Sus esculturas no son imitativas, y su preocupación trata la introducción de espacios abiertos. Huye de la imitación de la naturaleza y va en busca de la creación e invención.

En 1964 recibe el Premio de Escultura del Carnagie Institute de Pittsburg.

En 1981 recibe la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes en Madrid. 

En 1983 recibe el Premio Europäischer der Künste en Estrasburgo. (También fue nombrado Miembro Honorario de la Royal Academy of Arts de Londres).

En 1984 recibe el Grand Prix des Arts et Letres de París. 

En 1987 recibe el Príncipe de Asturias y la Orden Imperial de Japón en 1991.

En las últimas de su vida, Chillida creó el museo Chillida-Leku, en Hernani. Él compuso todo el espacio. Se dejó ver por última vez, en octubre del 2000, en un acto en el que fue nombrado doctor Honoris por la Universidad Complutense de Madrid, en el propio museo. Nunca finalizó el proyecto de la montaña de Tindaya, en Fuerteventura, ya que falleció en 2002.

Algunas de sus exposiciones son por ejemplo, la Bienal de Venecia (1958), el premio Carnegie (1965) o el Rembrandt (1975).

Empezó con obras figurativas, torsos humanos hechos en yeso. Parte de la forma griega pero se aprecia su preocupación por el interior. Tiene influencias importadas de Henry Moore. Poco a poco tendió hacia formas más abstractas; Metamorfosis 1949 ó Ilarriak 1951 (significa 'Piedras funerarias', se inspira en las estelas funerarias del áspero pueblo vasco).

Se aprecia lo macizo de algunas obras (trabajadas con hierro) y un aspecto más suave. Una de las obras que personalmente me gusta más es el Peine del viento, donde la naturaleza interviene como un elemento más, el viento y el agua se juntan con la escultura sin ningún force.

A mi parecer, un gran artista.


Elena Leonar. 

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